Esto
se suscitó a la altura del barrio de cuatro piedras de Dzitbalché, cerca de las
diez de la mañana saliéndose de sus rieles un vagón y la locomotora que jalaba
los vagones del largo tren perteneciente al istmo de Tehuantepec el cual se dirigía
de norte a sur.
Al
sitio arribo personal de la empresa ferroviaria y con maniobras por casi doce
horas regresaron a las vía las pesadas unidades y luego repararon las rieles
concluyendo su labor casi a las nueve de la noche.
Al
parecer de nueva cuenta fueron el robo de las planchuelas las que hicieron que
las rieles no soportaran el peso de los trenes y se abrieran obligando al descarrilamiento
de este vagón y su locomotora.
 
 
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