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Acontecer del Camino Real

CUMPLE UN SIGLO DE VIDA



DZIBALCHE.-Aunque es poco común verse en estos días, ayer una mujer celebro un siglo de vida en esta ciudad de Dzitbalché, mismo que festejó  en compañía de sus seres queridos y donde no pudo faltar un trozo de pastel y las mañanitas de sus cien años de existencia.
La longeva mujer quien no habla el español y aún conserva su idioma natal, el maya, dijo sentirse muy feliz de haber vivido ya un siglo y le agrada haber visto, no solo crecer a sus cinco hijos si no ya a sus nietos y a varias decenas de sus bisnietos.
Doña Margarita Caamal Che aún conserva la vestimenta tradicional maya que consiste en el hipil y por muchos año se ha negado a utilizar calzado, aunque por su avanzada edad se ve obligada a utilizar chancletas, y otras de las tradiciones que aun conserva es comer las tortillas hechas de maíz a mano y cocidas en el comal al fuego de la leña, los cuales son conocidos como pencuches y se rehúsa a comer las elaboradas en fabrica.
La ancianita celebro en compañía de sus hijos este aniversario de vida en donde entre lágrimas los hijos dieron gracias al creador por mantener a su madre con vida, y sobre todo mantenerla con buena salud ya que no padece las enfermedades que tanto aquejan a la gente de ahora como son la diabetes, la presión arterial entre otras.
La mujer explico en la lengua maya sus anécdotas de vida, en las cuales recuerda cuando las plagas de langosta atacaban los cultivos de maíz, dejando las plantas sin mazorcas y por ende el maíz escaseaba y llagaba a costar cantidades que nadie podía pagar, y por eso se vean en la necesidad de comer raíces de árboles que molían y hacían sus tortillas.
A decir de sus hijas Florencia y Bertha Uk Caamal, la vida que les dio su madre no fue nada fácil pero si ejemplar ya que junto con su padre lucharon hombro con hombro para sostenerlas junto con sus dos hermanitas y un  hermano menor, por lo que se encuentran agradecidas con ellos y dijeron sentirse orgullosas de ver llegar a esta edad a su madre.

Desde hace más de treinta años la ancianita quedo viuda y ahora viven con su hija Bertha, en una humilde morada ubicada en la calle privada del barrio de San Feliciano en la ciudad de Dzitbalché.

1 comentario:

  1. Que bendicion poder llegar a esta edad, si tan solo nos regresasemos a los tiempos de atras cuando la gente comia sanamente sin mucha grasa ni comida rapida sin duda que serian mas las personas que vivirian mas años, que orgullo saber que en Dzitbalche esta una de las mas longevas...... felicidades a esta señora

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